Calderas de condensación, ¿qué saber de ellas antes de su instalación?

Uno de los mecanismos más populares empleados en nuestro país para la calefacción de las viviendas es el que se basa en el uso de calderas de gas natural, pues estos sistemas permiten obtener en los hogares tanto la calefacción como el agua caliente sanitaria necesaria para el día a día.

Debido al uso generalizado de estos sistemas entre la población, en este artículo, desde Selectra, hablaremos sobre los aspectos que se deben conocer antes de la instalación de uno de estos aparatos en una vivienda para conocer el funcionamiento de este tipo de calderas.

¿Qué se necesita para poder contar con una caldera de condensación?

Para poder instalar una caldera de condensación abastecida por gas natural en una vivienda, es necesario que el inmueble cuente con acceso a la red general de distribución de gas natural, pues si este acceso no existe, será imposible ser suministrado por este elemento a través de las canalizaciones.

El suministro de gas natural es muy económico en comparación con otras alternativas disponibles, además de no necesitar de almacenamiento de combustible, por lo que en caso de poder contar con este acceso a la red, la mayoría de consumidores se decantan por este suministro.

Existen también calderas de condensación abastecidas por gas propano y por gas butano, que no requieren de acceso a la red general, pero sí presentan la necesidad de almacenaje del combustible, además de las abastecidas por gasoil, que presentan un precio más elevado a las abastecidas por gas y necesitan acumular el gasoil para su uso.

Caldera de condensación, ¿qué es y cómo trabaja?

Las calderas de condensación son modelos de calderas de gas que mediante su trabajo permiten el aprovechamiento de la energía que las calderas tradicionales pierden en forma de vapor, pues estos modelos de calderas emplean ese calor para calentar los conductos y permitir de esta manera la reducción de la energía necesaria.

Esto supone que la eficiencia alcanzada por estos aparatos en comparación con las calderas tradicionales supere el 109% consumiendo un 30% menos de energía, pues aprovechan tanto el calor generado por la llama como el vapor resultante de su trabajo para aprovecharlo en forma de calor.

Las principales ventajas que obtienen los consumidores que cuentan con este tipo de calderas son los siguientes:

  • En primer lugar se debe mencionar la disminución de consumo que facilitan, pues permiten ahorros del 30% de la energía necesaria en comparación con los modelos tradicionales, reduciendo, por tanto, la demanda de gas necesaria.
  • Existen ciertos modelos que cuentan con sistemas de microacumulación, que permiten el ahorro de agua, puesto que desde el momento en que se abre el grifo en modo calor, el agua sale caliente.
  • Representan una de las alternativas más ecológicas y respetuosas con el medio ambiente, debido a que, al reducir la cantidad de gas necesaria para su utilización, se reducen las emisiones nocivas a la atmósfera.

Debido a los motivos comentados, se creó el Real Decreto de Instalaciones Térmicas en Edificios o RITE, donde se establece que todas las calderas de gas que se instalen desde el año 2013 deberán ser calderas de condensación.

¿Cuál es el precio que presentan las calderas de condensación?

El precio que presentan las calderas de condensación es variable, pudiendo oscilar las calderas de condensación de una vivienda de medidas normales en torno a los 900 euros en los casos más económicos y los 2300 euros en los casos más caros.

Al precio que presente la compra de la propia caldera, se tendrá que añadir los costes de instalación de la misma, que suele oscilar al rededor de los 300 y los 500 euros, incluyéndose, en muchos casos, los siguientes servicios:

  • Desmontaje y retirada del aparato anterior si es que lo hubiera, además de la retirada del antiguo aparato hacia un punto limpio.
  • La instalación, montaje y puesta en funcionamiento del nuevo aparato en el domicilio.
  • La comprobación de la conexión con las canalizaciones de agua y de gas, además de al termostato y al desagüe.
  • La instalación de la salida de humos.
  • El certificado que acredite la instalación de la caldera, que verifica el correcto montaje de la misma y la seguridad del aparato.
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