La Unión Europea prioriza otros sistemas de calefacción a las calderas de gas

La Unión Europea tiende a reducir el uso de las calderas de gas, pues se ha marcado como objetivo prioritario reducir las emisiones de gases efecto invernadero. Es por ello que, en los próximos años, los propietarios de viviendas que quieran conseguir programas de ayudas para el ahorro energético deberán ir evitando el gas natural para sus calderas de calefacción y agua caliente.

La nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Unión Europea, publicada en el Diario Oficial de la UE el pasado 20 de septiembre, expone las características de eficiencia energética que tendrá que poseer una vivienda para obtener todos los certificados.

Con el fin de «garantizar una contribución estable y previsible al logro de los objetivos energéticos y climáticos de la Unión para 2030, se pretende lograr un ahorro del 11,7% de la energía final y primaria con respecto al año 2020, escenario que se ha tomado como referencia.

¿Cómo lo hará? Se ha planteado como objetivo que en los próximos dos años, de 2024 a 2026, el ahorro sea del 1,3%. Los siguientes (2026 a 2028) del 1,5%. Finalmente, se subirá el ahorro propuesto al 1,9% entre 2028 y 2030.

La Unión Europea limitará las calderas de gas y otros combustibles fósiles

No se considerarán los ahorros provenientes de nuevas medidas implementadas desde enero de 2024 que supongan combustión directa de combustible fósiles, así expone la nueva Normativa de la Unión Europea. Es el caso, por ejemplo, de la sustitución de calderas de gas por nuevas más eficientes.

En nuevas viviendas, será a partir de enero de 2026 cuando se tengan que tomar las medidas. Aún con todo, algunas industrias intensivas estarán exentas de estas medidas hasta el 31 de diciembre de 2030.

Las bombas de calor, por ahora la principal alternativa

La alternativa más común a las calderas de gas será, en principio, la bomba de calor: sistema de calefacción por bomba de calor, donde el sistema capta la energía del exterior y la transmite al sistema de calefacción interior. Con estos modelos, el consumo de electricidad se reduce bastante, ya que se concentra solo en la activación del compresor y los accesorios.

Actúan de manera parecida al mecanismo del aire acondicionado, pero su precio sigue siendo elevado, pues no está tan instaurado como en otros países como por ejemplo Noruega. Existen bombas de calor de varios tipos: el sistema aire-agua, que puede costar hasta 10.000 euros, el sistema aire-aire, cuyo precio oscila entre 2.000 y 8.000 euros y el sistema geotérmico, que puede costar hasta 20.000 euros.

Además, en poco tiempo el gas actual se podrá sustituir por gases renovables, como el biometano o el hidrógeno verde.

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